Descripción

Este blog forma parte del proyecto narrativo Cuéntalo Todo, bajo la dirección del maestro Sandro Cohen dentro de la materia Redacción Universitaria del Departamento de Humanidades, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mata ashita



—Watashi wa Jun desu. Anata no namae wa nan to iimasu ka?[1] —él dijo cuando salimos del estadio.
—Mi nombre es Alma, es un gusto conocerte —respondí.
—Kochirakoso[2] —contestó con una sonrisa en el rostro.
Él se ofreció a acompañarme al hotel en el que me hospedaba y yo acepté. Camino al hotel me preguntó que por cuánto tiempo estaría en Japón, yo le dije que solo hasta mañana; por la tarde regresaría a México. Él me pidió mi número telefónico, yo se lo di y luego me dio el suyo. Al llegar al hotel él me invitó a salir y yo accedí, ya que sería mi último día en ese país. Quedó en pasar por mí a las ocho de la mañana. Después de eso se fue, no sin antes decir: “Mata ashita[3]”, yo solo sonreí y asentí con la cabeza. Me dirigí a mi habitación hice mis maletas y me fui a dormir.
Muy temprano por la mañana me bañé y arreglé, tomé mi equipaje y salí del hotel. Jun ya me estaba esperando en la entrada. Primero fuimos a comer arroz y kimchi en un restaurante coreano. Luego visitamos el Templo Zojoji en el distrito de Shiba, desde ahí se podía ver perfectamente bien la Torre de Tokio, ya que el Templo se encuentra justo detrás de ella. En el templo había muchas sakuras, árboles de cerezo, lástima que aún no florecían.
Mientras nos dirigíamos a un parque cercano Jun me preguntó a qué hora tenia que estar en el aeropuerto y le dije que a las siete de la tarde porque mi vuelo salía a las nueve de la noche. Él compró takoyaki en un puesto ambulante. Al llegar al parque nos sentamos a comer, en una banca. Cuando di el primer bocado vomité.
Daijobu desu ka?[4] —me preguntó mientras me daba unas palmadas en la espalda.
—Estoy bien. No te preocupes, solo que me parece que el takoyaki esta hecho con carne o ¿me equivoco?
—Estas en lo correcto, son albóndigas de pulpo, ¿por qué?
—Debí decirte que soy vegetariana.
Después de lo ocurrido fuimos a un karaoke. Nos estábamos divirtiendo tanto que ni cuenta nos dimos que ya había anochecido.
—¿Jun, qué hora es? —le pregunte mientras salíamos del karaoke  
 —Son las… (Continuará)


[1] Soy Jun. ¿Cómo se llama usted?
[2] El gusto es mío.
[3] Hasta mañana.
[4] ¿Estás bien?

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