Descripción

Este blog forma parte del proyecto narrativo Cuéntalo Todo, bajo la dirección del maestro Sandro Cohen dentro de la materia Redacción Universitaria del Departamento de Humanidades, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Sayonara



En el aeropuerto de Narita Jun insistió para que no me fuera de Japón. Yo solo le dije lo siento, me di la vuelta y continúe caminado mientras pensaba en que realmente quería quedarme. Creí que él me detendría, pero no fue así. Estaba muy triste porque él ya no volvió a pedirme que me quedara. En ese momento sentí que mi corazón se partió en dos. Di la vuelta y le dije sayonara  Jun con una gran sonrisa, fingida, en el rostro. Él solo me sonrió. Antes de derramar una lágrima seguí caminando.
Abordé el avión y tomé mi asiento. Me tocó sentarme al lado de un lindo joven. Las azafatas dieron indicaciones, y el avión estaba apunto de despegar. Llamé a una de las aeromozas para pedirle una manta, ya que solo quería descansar un poco y olvidar lo sucedido. Sentía que ese día había sido el más difícil de mi vida. Me quedé dormida sin darme cuenta. Dos horas después desperté, y cuando abrí los ojos estaba recostada en el hombro de la persona sentada a mi lado. Estaba muy avergonzada por lo sucedido. Cuando mire a mi lado vi que él me estaba observando. Me disculpé por lo ocurrido, luego me giré muy apenada, me recosté y me tapé con la frazada.
— Baka —muy avergonzada pensé en voz alta.
Daijobu desu ka? —me preguntó cuando escuchó lo que dije.
 Me quité la manta y asentí con la cabeza. Él solo me sonrió, su sonrisa era muy linda. En ese momento la azafata nos ofreció algo de comer.
—¿Les gustaría algo de beber o comer? —dijo la señorita aeromoza mientras veía al joven que estaba sentado a mi lado.
—Algo de beber, por favor —dijimos él y yo al mismo tiempo, y luego nos reímos.
La señorita nos dio agua mientras me miraba de manera extraña. No le tomé mucha importancia. Él y yo platicamos durante todo el vuelo. Cuando nos dimos cuenta ya habíamos arribado a México. Bajamos del avión, tomamos nuestro equipaje y nos dirigimos hacia la salida del aeropuerto. Me despedí de él. Mientras iba caminando sentí que alguien tomó mi mano, di la vuelta para ver de quien se trataba. Para mi sorpresa era el chico que conocí en el avión.
—Disculpa, me llamó Lee Hyung-Min. Me podrías decir cuál es tu nombre.
— Mi nombre es Alma. Tu nombre no parece japonés parece más co…(Continuará)

domingo, 11 de noviembre de 2012

Okaeri



Él me dijo que eran las 8:45 de la noche. No creí lo que acababa de escuchar. Tomamos un taxi para ir al aeropuerto de Narita. Para mi mala suerte había tráfico y fue imposible llegar a tiempo. Llegamos al aeropuerto a las 21:20 horas, y el avión ya había despegado. Compré un boleto para el vuelo de las seis de la tarde del día siguiente, ya que era el único que aún tenia lugar. No tenía suficiente dinero para quedarme en un hotel, así que pensé en quedarme a dormir en el aeropuerto. Pero Jun me ofreció quedarme en su casa.  Antes de que aceptara su propuesta él me insistió mucho. Luego nos dirigimos a su casa.
—¿Vives solo o con tus padres? —pregunté, ya que tenía mucha curiosidad al respecto.
—Vivo con mi pequeña hermana Aiko.
—¿Tienes más hermanos?
—Tengo una hermana mayor que vive en México. Su nombre es Sayuri.
Tadaima —dijo Jun cuando entramos a su casa.
Okaeri oniichan —respondió Aiko, la pequeña hermana de Jun.
—Ella es Alma y esta noche se va quedar a dormir aquí —él le dijo a su hermana mientras yo hacía una reverencia.
Cenamos y luego nos fuimos a dormir. Me quedé con Aiko en su habitación. Ella y yo conversamos mientras acomodábamos los futones en el piso.
—Oneechan, ¿de dónde eres? —preguntó Aiko con mucha curiosidad.

—Soy de México.
Oneechan, ¿oniisan y tú son novios?
—No, solo somos tomodachis.
—No te creo, oneechan —dijo Aiko con una gran sonrisa.
Apagamos las luces y nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos levanté temprano. Les ayudé a preparar el desayuno y a hacer la limpieza. Después tomé un baño, me despedí de Aiko, ya que Jun me acompañaría al aeropuerto. Le agradecí a ambos por haber dejado que durmiera en su casa. Aiko me abrazó y me dijo: “Oneechan, cuídate mucho. Que no se te olvide mandarme un correo de vez en cuando”. Ella me escribió su e-mail en un trozo de papel.
 Jun y yo nos dirigimos al aeropuerto Narita. En el aeropuerto cuando me despedí de Jun, él me tomó del brazo.
Daisuki da yo —me dijo antes de darme un beso.
Nani? —dije muy sorprendida.
—No te vayas, Alma. Quédate por unos días más.
—No puedo. Tengo que regresar a México.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mata ashita



—Watashi wa Jun desu. Anata no namae wa nan to iimasu ka?[1] —él dijo cuando salimos del estadio.
—Mi nombre es Alma, es un gusto conocerte —respondí.
—Kochirakoso[2] —contestó con una sonrisa en el rostro.
Él se ofreció a acompañarme al hotel en el que me hospedaba y yo acepté. Camino al hotel me preguntó que por cuánto tiempo estaría en Japón, yo le dije que solo hasta mañana; por la tarde regresaría a México. Él me pidió mi número telefónico, yo se lo di y luego me dio el suyo. Al llegar al hotel él me invitó a salir y yo accedí, ya que sería mi último día en ese país. Quedó en pasar por mí a las ocho de la mañana. Después de eso se fue, no sin antes decir: “Mata ashita[3]”, yo solo sonreí y asentí con la cabeza. Me dirigí a mi habitación hice mis maletas y me fui a dormir.
Muy temprano por la mañana me bañé y arreglé, tomé mi equipaje y salí del hotel. Jun ya me estaba esperando en la entrada. Primero fuimos a comer arroz y kimchi en un restaurante coreano. Luego visitamos el Templo Zojoji en el distrito de Shiba, desde ahí se podía ver perfectamente bien la Torre de Tokio, ya que el Templo se encuentra justo detrás de ella. En el templo había muchas sakuras, árboles de cerezo, lástima que aún no florecían.
Mientras nos dirigíamos a un parque cercano Jun me preguntó a qué hora tenia que estar en el aeropuerto y le dije que a las siete de la tarde porque mi vuelo salía a las nueve de la noche. Él compró takoyaki en un puesto ambulante. Al llegar al parque nos sentamos a comer, en una banca. Cuando di el primer bocado vomité.
Daijobu desu ka?[4] —me preguntó mientras me daba unas palmadas en la espalda.
—Estoy bien. No te preocupes, solo que me parece que el takoyaki esta hecho con carne o ¿me equivoco?
—Estas en lo correcto, son albóndigas de pulpo, ¿por qué?
—Debí decirte que soy vegetariana.
Después de lo ocurrido fuimos a un karaoke. Nos estábamos divirtiendo tanto que ni cuenta nos dimos que ya había anochecido.
—¿Jun, qué hora es? —le pregunte mientras salíamos del karaoke  
 —Son las… (Continuará)


[1] Soy Jun. ¿Cómo se llama usted?
[2] El gusto es mío.
[3] Hasta mañana.
[4] ¿Estás bien?